La cata del café

Publicado el 03 de noviembre de 2010

La cata del café

Numerosos son los matices que convierten a una infusión del grano de cafeto en un perfecto expreso. El cuerpo, postgusto o fragancia del grano tostado son algunos de los aspectos que los profesionales catadores tienen en cuenta a la hora de valorar la calidad de una taza de café.

Numerosos son los matices que convierten a una infusión del grano de cafeto en un perfecto expreso. El cuerpo, postgusto o fragancia del grano tostado son algunos de los aspectos que los profesionales catadores tienen en cuenta a la hora de valorar la calidad de una taza de café.

Al igual que un sumiller experto en vinos, el catador se apoyará en sus cinco sentidos para analizar el aroma, gusto, aspecto de la crema, densidad y sensación que libera el café en nuestro paladar. Con el objetivo de evitar cualquier interferencia en dicho proceso, es recomendable realizar la cata en un lugar libre de olores, sin haber ingerido anteriormente otra bebida o haber fumado ya que ambos hechos contaminarían la percepción de la extracción.

Los diferentes parámetros nos ayudarán a estimar la calidad y cualidades del café expreso:
– Aspecto de la crema: capa compacta que recubra toda la superficie de la taza. Constituida por pequeñas burbujas, la crema se mantiene durante unos minutos antes de deshacerse. De tonalidad avellana, posee un leve moteado más oscuro de apariencia similar a la piel de tigre.
– Aroma: se percibe al romper la crema introduciendo una cuchara y aspirar profundamente los gases que se han formado en la extracción del café. Si predomina la variedad arábica, los perfumes son delicados con recuerdos herbales o afrutados. En el caso de cafés robusta, estos nos descubren aromas amanerados, a cereales o pan tostado.
– Gusto: una vez en boca, al contacto con las papilas gustativas de la lengua, cada taza nos mostrará sus particularidades de dulzor, amargor o acidez en función del tipo de café que se trate.
– Cuerpo: este factor nos muestra la corrección de la extracción así como la ligereza o concentración de la misma.
– Postgusto: un café, extraído correctamente, nos deja una impresión agradable. Por el contrario si se trata de un producto de inferior calidad o la extracción en la cafetera no es adecuada, el recuerdo es excesivamente amargo o con toques a quemado.