La cata del té

Publicado el 22 de marzo de 2011

La cata del té

El ámbito del té también disfruta de expertos catadores que analizan las cualidades de la mejor infusión.

En un mundo ávido por disfrutar de los placeres sensoriales y aprender a distinguir sabores, olores y maridajes; la infusión de la planta Camellia sinensis no podía escapar de esta tendencia y hoy en día, como si de una copa de vino se tratara, ya es posible conocer las técnicas de la cata del té. De este modo y gracias a sus múltiples variedades, esta bebida es apta para diferentes momentos del día o como acompañamiento a determinados tipos de comida.

Un catador de té tiene en cuenta para la correcta evaluación de la taza el nombre y variedad, la forma de la hoja seca, el aroma, color y gusto de la infusión así como la hoja infusionada.

El degustador dispone para cada cata la muestra de los tés secos para juzgar todos los aspectos de la planta. Una vez la bebida se haya enfriado, éste olerá primero las hojas que se han usado en la elaboración y posteriormente, con una cuchara especial, tomará un pequeña cantidad de la taza. Tras evaluar el aroma y perfume de la infusión, hará circular el líquido en su boca para determinar, finalmente, el sabor del té.

Tras este ritual, el catador podrá determinar en el color el origen, la fermentación o el tiempo durante el cual se han infusionado las hojas. Además, deberá observar las dos cualidades principales que son la saturación (claro-oscuro) y la limpieza (claro-turbio). Además, el profesional sabrá si el té está sin fermentar por su sabor vivo y vegetal, o, si al contrario, nos encontramos ante una taza tratada la cual desprenderá un aroma más terroso con toques de frutos secos.